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domingo, 2 de febrero de 2014

Carmona. Iglesia de San Bartolomé, II y final. Capilla Mayor y nave del Evangelio.

La segunda parte de la visita a la iglesia de San Bartolomé comienza ante el Retablo Mayor. De estilo barroco y fechado en el primer tercio del siglo XVIII, está compuesto por altar, banco, dos cuerpos de tres calles y ático. Es obra de José Fernando de Medinilla.
Capilla Mayor.
En el banco apenas se vislumbran pequeños relieves de Santa Lucía y San Teodomiro. El primer cuerpo, de mayor tamaño que el superior, presenta en la calle central una hornacina que acoge una imagen de la Virgen de la Piña y, a sus lados, en las calles laterales, dos relieves con escenas de la vida del santo: el momento en que es requerido por Astiages, rey de Armenia, para que abjurase de su fe, y el posterior martirio tras su negativa. Entre la Virgen y los relieves vemos dos imágenes de bulto redondo de San Blas (a la derecha, mirando de frente) y San Cayetano (izquierda).
Banco del retablo y primer cuerpo.
El cuerpo superior aparece la figura de San Bartolomé, con dos tondos iguales en las calles laterales con el escudo de los cuchillos cruzados. Remata el retablo un relieve policromado de la Inmaculada.
Segundo cuerpo y ático del Retablo Mayor.
Bóveda de nervaduras de la Capilla Mayor.
La cabecera de la nave del Evangelio se encuentra ocupada por el retablo de la Purísima, de la misma época y estilo que el anterior. En ella se sitúa la pila bautismal, de mármol rosa. Dispone de un solo cuerpo, con hornacina en su centro que aloja la talla de la Inmaculada Concepción, escoltada en las calles laterales por los arcángeles Rafael y Gabriel. En el banco se muestran relieves de San Francisco de Paula y San Antonio de Padua y, en el ático, otro relieve, de mayor tamaño y policromado, nos muestra la escena del Sacrificio de Isaac.
Capilla de la Purísima.
Cuerpo del retablo.
Ático del retablo, con relieve de la escena del sacrificio de Isaac.
Pila Bautismal.
Muros laterales de la capilla.
La siguiente parada es ante el retablo de San José, igualmente barroco y del siglo XVIII. En el único cuerpo vemos a San José con el Niño y, en el ático, un Sanjuanito.

Retablo de San José.
San José con el Niño.
El altar de la Verónica, nos muestra a la santa con el Sagrado Pañolón. Tras ella, la cruz de carey y plata, de 1.690, que porta el Nazareno en su salida penitencial.
Altar de la Verónica.
La Verónica con el Santo Sudario.
Pasada la puerta de entrada, el último y abigarrado retablo de la nave del Evangelio nos muestra una imagen desconocida, vestida al estilo francés del XVIII.
Esquina del muro del Evangelio con los pies de la nave.
Imagen del Sagrado Corazón.
Retablo desconocido.
Santo desconocido.
Pila de agua bendita.
Fin de la visita a esta iglesia de tamaño medio, bien cuidada y que tan solo necesitaría información sobre lo expuesto (entregan gratuitamente una pequeña guía, pero no está actualizada y es insuficiente en cuanto a datos) y un poco más de iluminación en algunos rincones para quedar perfecta.
Horario de visitas:
Martes a domingo, de 11,00 a 13,45 horas.
Precios: Gratuito.

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