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viernes, 1 de marzo de 2013

Iglesia de Santa María de las Nieves (la Blanca), -II y final.


Comenzamos la segunda y definitiva parte de la visita a la iglesia de Santa María la Blanca.

Nos situamos ante la Capilla Mayor y contemplamos dos pequeñas figuras, una del Niño Jesús y otra de Sanjuanito, que forman pareja con dos ángeles lampadarios. Uno de cada se sitúan a los pies de las pilastras del arco toral que separa crucero y presbiterio.

Imágenes del Niño Jesús, Sanjuanito y ángeles lampadarios 
se sitúan bajo los arranques del arco toral.
El Retablo Mayor, barroco de finales del XVII, ocupa la totalidad del fondo del presbiterio, que se cubre mediante bóveda de cañón rotundamente decorada con yeserías como el resto de las cubiertas del templo. Preside el retablo la imagen de Nuestra Señora de las Nieves, obra de Juan de Astorga, discípulo aventajado de Molner, elaborada hacia 1.832. Como hecho curioso comentar que las dos columnas salomónicas que aparecen en el retablo fueron las primeras de ese tipo que se instalaron en la ciudad.
Retablo Mayor de la iglesia de Santa María de las Nieves.
Santa María de las Nieves. Juan de Astorga, 1.832.
Santa María de las Nieves. Detalle.
Ático del retablo y bóveda del presbiterio.
El Sagrario está escoltado por dos pequeñas imágenes de san Pedro y san Pablo.
Vistas de la iglesia desde el presbiterio.
En los laterales de la bóveda del crucero, se alojaban los dos famosos lunetos pintados por Murillo, “El sueño del patricio Juan y su esposa” y “El patricio Juan revelando su sueño al pontífice Liberio”, expoliados por Soult y devueltos a España (que no a Sevilla), conservándose en el Museo del Prado. También se perdieron los cuadros de Murillo situados en los testeros de las naves laterales: “La Inmaculada Concepción” (Museo del Louvre) y “El Triunfo de la Fe” (colección de lord Faringdon, Buscot Park, Reino Unido). Todas estas obras fueron encargadas para el reestreno del templo, en 1.665.

Quince años antes ya había pintado para este templo “La Sagrada Cena”, que aún se encuentra depositada temporalmente en la vecina iglesia de san Nicolás.
El sueño del patricio Juan y su esposa. B. E. Murillo, 1.665. Museo del Prado.
El patricio Juan revelando su sueño al pontífice LiberioB. E. Murillo, 1.665. Museo del Prado.
Inmaculada Concepción. B. E. Murillo, 1.665. Museo del Louvre. (Mutilada por el mariscal Soult para que cupiera en su residencia parisina).
El triunfo de la Fe. B. E, Murillo, 1.665.
Colección de lord  Faringdon, Buscot Park, Reino Unido.
La Sagrada Cena. B. E. Murillo, 1.650.
La Sagrada Cena. Detalle.
Espectacular bóveda del crucero.
Detalles de la bóveda.
Pasamos ahora a la nave del Evangelio. En su cabecera se encuentra una capilla, cerrada con verja, ocupada por un retablo barroco del siglo XVIII presidido por un santo desconocido, que porta en su mano derecha la palma del martirio y en la izquierda un objeto que parece un bastón corto o un rollo de pergamino (¿quizá un trozo de una primitiva cruz?), en tanto que sobre su cabeza luce una corona con cinco estrellas. Todos estos atributos coinciden con el checo san Juan Nepomuceno, aunque no lo puedo asegurar.
Capilla de la cabecera del Evangelio.
El arco de entrada a esta capilla está así decorado.
¿San Juan Nepomuceno?
En  la calle izquierda (mirando de frente) del retablo aparece, abajo, la figura de santo Tomás de Aquino y, sobre él, san Martín de Tours compartiendo la capa con el mendigo. San Francisco de Paula y la alegoría de la Fe se presentan en el lado derecho. Todas las imágenes están datadas en el siglo XVII. En el banco del altar vemos una pintura de un Ecce Homo, en tanto que en el ático se sitúa un óleo sobre tabla, cuya escena no he podido identificar, pero que parece el momento en que arrojan a san Juan Nepomuceno al río. Remata el conjunto una talla de Dios Padre en actitud de bendecir.
Santo Tomás de Aquino.
San Martín de Tours.
San Francisco de Paula.
Alegoría de la Fe.
Ecce Homo, en el banco del retablo.
Ático del retablo.
Altar del retablo.
Al salir de la capilla de la cabecera, esta es la imagen de la nave que se nos muestra:
Nave del Evangelio, vista desde la cabecera.
Ya en el muro del Evangelio nos situamos frente al retablo del Sagrado Corazón de Jesús, del que desconozco prácticamente todo. A la sagrada imagen acompaña cuatro figuras de santos más pequeñas, dos a cada lado, y un óleo en el ático que podría representar a san Jerónimo de Estridón traduciendo la Biblia del griego y el hebreo al latín (La Vulgata, texto bíblico oficial de la Iglesia Católica desde principios del siglo V hasta 1.979). También puede representar al san Jerónimo la figura de la derecha y arriba, en que se representa a un santo con un león a sus pies. De los demás no puedo siquiera aventurar una identificación.
Retablo del Sagrado Corazón de Jesús.
Calle derecha del retablo.
Calle izquierda.
Altar del retablo.
Seguimos camino y nos situamos ante un altar con forma de arcosolio abocinado, ocupado por un cuadro de más pequeño formato, que representa La Anunciación, pintado por Domingo Martínez en 1.730. Según inscripción en el propio altar “Se hizo este Altar Año de 1564. Y se renovó el de 1774”.
¿Retablo del Descendimiento?
La Anunciación. Domingo Martínez, 1.730.
“Se hizo este Altar Año de 1564. Y se renovó el de 1774”.
Altar y enterramiento.
Es posible (e incluso más que probable, por la coincidencia de fechas y el formato de huecos y pinturas) que acogiera La Piedad o El Descendimiento de Cristo, un óleo sobre tabla de Luis de Vargas, de 1.564, acompañado por otras dos pinturas en los laterales: San Juan Bautista y La Estigmatización de san Francisco. El conjunto fue restaurado por el IAPH en 1.999 y se ha expuesto, mientras han durado las obras de la iglesia, en la Sala III del Museo de Bellas Artes.
La Piedad. Luis de Vargas, 1.564.
Un poco más adelante encontramos el inevitable retablillo de san Antonio y, ya en los pies de la nave, un pequeño Crucificado dentro de un marco de madera dorada, junto al que se sitúa una reproducción de la Virgen del Perpetuo Socorro, cuyo original se conserva en la capilla de los Redentoristas, en Roma..
Retablo de san Antonio.
Crucificado.
Virgen del Perpetuo Socorro.
Ignoro cuál es el lugar habitual de La Sagrada Cena, de Murillo, que actualmente está, de forma temporal, en el coro de la iglesia de san Nicolás. 

Finalizada la visita, podemos constatar la cantidad de gente que había en el templo, la mayoría haciendo fotos o simplemente visitándolo para ver cómo ha quedado. Y la verdad es que, guste o no este estilo decorativo, la iglesia se encuentra en magnífico estado. Falta la tercera parte de la restauración, que corresponde a las yeserías (en razonable estado, aunque faltan fragmentos aquí y allá) y las pinturas murales, en las que sí se habrán de emplear a fondo los profesionales encargados de la obra. Todo ello se llevará a cabo el próximo año 2.014, en el que se volverá a cerrar el templo durante unos meses, durante los que se podrán volver a ver imágenes como estas:
Diferentes momentos de la restauración de la iglesia de Santa María de las Nieves. 
Esperamos impacientes el final de la tercera fase de las obras para ver cómo queda, definitivamente ya, esta iglesia tan querida por los sevillanos.

No existen obstáculos para el acceso de personas con movilidad reducida.

2 comentarios:

  1. Pepe,no se trata de la Virgen de la Antigua,sino de la del Perpetuo Socorro,reproducción de la tan venerada en la iglesia de los Redentoristas en Roma.
    Por otro lado,que Murillo pintara esos dos lunetos(contando los orígenes de la Basílica Santa María Maggiore,sobre el Esquilino romano),me reafirma en que-el lienzo de la capilla Sacramental-,es una reproducción-todo lo mala que se quiera-,de Sancta María ad Nives,venerada en la Capilla Paulina de tal Basílica.
    Un cordial saludo.
    Carlos Núñez.

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    1. De nuevo gracias por las precisiones, Carlos.
      Ya quedan rectificados los errores.
      Saludos.

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